sobre el barro endurecido de mis miedos,
apareces con el pan que necesito
del consuelo y de la escucha,
del ¡te quiero! y la conversación.
apareces con el pan que necesito
del consuelo y de la escucha,
del ¡te quiero! y la conversación.
Si, a menudo, no te siento, aquí, a mi lado,
ni adivino tu presencia en mis problemas,
tu palabra me sostiene en el vacío
anunciando que volverás, que vendrás
a disolver lo que ahora me acongoja.
ni adivino tu presencia en mis problemas,
tu palabra me sostiene en el vacío
anunciando que volverás, que vendrás
a disolver lo que ahora me acongoja.
¡Ven! Disuelve la cascada de aguas oscuras
que empantanan mi memoria hasta la ofuscación.
Disuelve las palabras crueles y asesinas,
que tan a su antojo transitan por mis venas,
desangrando lentamente la ilusión.
que empantanan mi memoria hasta la ofuscación.
Disuelve las palabras crueles y asesinas,
que tan a su antojo transitan por mis venas,
desangrando lentamente la ilusión.
¡Ven! Disuelve esta sensación de soledad,
de separación, en la que a veces me aletargo.
No dejes que me suelte de los lazos
del amor, de la verdad, de la tierra
a la que Tú ligaste, para siempre, mi raíz.
de separación, en la que a veces me aletargo.
No dejes que me suelte de los lazos
del amor, de la verdad, de la tierra
a la que Tú ligaste, para siempre, mi raíz.
Si Tú vienes, podrá encontrar mi lengua su saliva,
mis ojos llorar ¡al fin! sus desalientos,
mis manos, con las tuyas, tocar lo inalcanzable,
mis pies andar descalzos, por fuego, mar y tierra
y el corazón disolver sus trombos en tu misericordia.
mis ojos llorar ¡al fin! sus desalientos,
mis manos, con las tuyas, tocar lo inalcanzable,
mis pies andar descalzos, por fuego, mar y tierra
y el corazón disolver sus trombos en tu misericordia.
(Seve Lázaro, SJ)
Rezandovoy.org
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