Mt 8, 1-4
Cuando bajó del monte, fue siguiéndole una gran muchedumbre. En esto, un leproso se acercó y se postró ante él, diciendo:
«Señor, si quieres puedes limpiarme». Él extendió la mano, le tocó y dijo:
«Quiero, queda limpio». Y al instante quedó limpio de su lepra.
catholic.net
Pongo mi flaqueza y mis heridas en tusamos, Señor.
REFLEXION
¿Cuáles son esas heridas mías que puedo presentar ante el Señor?
"Señor, si quieres, puedes"
Los desprecios
Las incomprensiones
La soledad
Las injusticias y el daño gratuito
Mis fracasos
Mis propios pecados
Me invitas a no rendirme y buscarte para que me sanes.
Señor, si quieres, puedes.
@tardeteame
No te rindas,
aunque a veces duela la vida.
Aunque pesen los muros
y el tiempo parezca tu enemigo.
No te rindas,
aunque las lágrimas
surquen tu rostro y tu entraña
demasiado a menudo.
Aunque la distancia
con los tuyos
parezca insalvable.
Aunque el amor sea, hoy,
un anhelo difícil,
y a menudo te muerdan
el miedo, el dolor, la soledad,
la tristeza y la memoria.
No te rindas.
Porque sigues siendo capaz
de luchar, de reír, de esperar,
de levantarte las veces que haga falta.
Tus brazos aún han de dar
muchos abrazos, y tus ojos
verán paisajes increíbles.
Acaso, cuando te miras al espejo,
no reconoces lo hermoso,
pero Dios sí. Dios te conoce,
y porque te conoce
sigue confiando en ti,
sigue creyendo en ti,
sabe que, como el ave herida,
sanarán tus alas y levantarás el vuelo,
aunque ahora parezca imposible.
No te rindas.
Que hay quien te ama
sin condiciones,
y te llama
a creerlo.
(José María R. Olaizola sj)
rezandovoy.org
Experiencia de oración a través de rezandovoy.org
*Si bien, cada texto de "Camino de Santiago" tiene señalado la fuente del que se ha extraído, todo el contenido forma parte del programa de oración de rezandovoy.org, excepto REFLEXIÓN que pertenece a @tardeteame